domingo, 25 de octubre de 2020

Tuwamari: Música Infantil kichwa de Chimborazo




En l997 se realizó la primera edición de Tuwamari, una recopilación de canciones y una fábula narrada. Todos estos textos literarios son provenientes de las comunidades de Chimborazo. La primera edición representó el trabajo concertado de diversas instituciones: el del etnomusicólogo William Guncay, del Centro Canadiense de Estudios y Cooperación Internacional, CECI; y del Proyecto de Educación Bilingüe Intercultural, del Convenio entre el Ministerio de Educación y la GTZ. 
Quisiera hacer brevísimas reflexiones sobre dos aspectos: los elementos temáticos de las canciones y su estructura poética. 

Se han recopilado canciones que recogen los arrullos amorosos de la madre a su hijo (Wachari, Ashintinti, Kikilla). Otra canción, Sara Kanchita, es un elogio al maíz, que en la lengua y la cultura kichwas es otra madre, la Madre Maíz. En Suchu Piki ocurre un gracioso contrapunto a un gallo rojo y a un gallo blanco, es una invitación para que los muchachos oigan su canto y observen sus características. 

La pobreza, la necesidad de la gente de migrar y abandonar su tierra es otra temática en canciones como Pillaman Rirka o Manchay. La migración en realidad es una especie de trasfondo de otros segmentos de las canciones y describen en tono nostálgico las imágenes de los padres que añoran a sus hijos, pequeños, juguetones y lejanos. Las canciones hablan de la familia que se quiebra súbitamente por la partida pero cuya imagen se rehace amorosamente a través de los recuerdos de la colorida vestimenta de la mujer, de los juegos de los niños, de las plantas y animales, de la tierra que los dejó vivir y partir… 

Una de las canciones recopiladas me pareció extraordinaria: Yunpitu, porque precisamente hace alusión a la etnicidad de los yumbos amazónicos, cuya sabiduría reside en el conocimiento de la naturaleza de las enfermedades provocadas por flechazos que ocasionan dolencias del cuerpo, pero que vienen de las enfermedades del alma. Al yumbo se le invoca entonces para que cure esas enfermedades, bebiendo la sagrada bebida de la ayahuasca y extrayendo las flechas invisibles. 

Desde el punto de vista poético, los versos, construidos para cantar, logran la armonía con distintos recursos, que no pueden ni siquiera ser presentados aquí de manera sistemática. A manera de ejemplos: se usan estrofas de cuatro versos, o estrofas de dos versos pareados. Cada verso, casi siempre es de seis o siete silabas, aunque a veces irrumpen versos de hasta nueve sílabas. La cadencia sonora se logra igualmente a través de la repetición de la misma vocal final en dos versos seguidos, o de partículas idénticas en dos versos seguidos, de la repetición una misma terminación en el primero, tercero y cuarto verso de una estrofa, de manera que el segundo verso es una especie de ruptura y de contrapunto. 

Estas brevisimas acotaciones solo me sirven para señalar la importancia de realizar estudios sistemáticos sobre la poética kichwa, como una tarea urgente relacionada con la revaloración de la lengua a través del conocimiento y reflexión de la lengua misma como objeto de estudio. 

Por fin las grabaciones nos permiten reconocer la polifonía y el contrapunto, y solo un trabajo etnomusicológico serio ha permitido que este recurso musical tradicional no haya sido manipulado. Quisiera añadir que estas características -la polifonía y el contrapunto- también ocurren en la organización del discurso, a lo largo de una asamblea comunitaria, de la discusión de un problema para la toma de alguna decisión o simplemente de una conversación familiar. Los no kichwas, que desconocemos estos recursos, con cierta ingenuidad creemos que es necesario que los kichwas aprendan normas "parlamentarias". Lo interesante sería que, en el marco de la interculturalidad, los no kichwas aprendiéramos a reconocer la riqueza y variedad de lo que nos rodea, entre otras cosas, precisamente los recursos discursivos de los kichwas; ya que ellos ya se adelantaron en el conocimiento y manejo de los recursos discursivos del castellano. 

Por fin, es alentador que este tipo de publicaciones se impulsen en el mismo sugerido tránsito del ejercicio de la interculturalidad. Ruth Moya Quito, 10 de marzo del 2004.

Ruth Moya 

Quito, 10 de marzo del 2004



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